51 años del golpe de estado en Chile

El golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 fue una acción militar llevada a cabo por las Fuerzas Armadas de Chile conformadas por la Armada, la Fuerza Aérea, Cuerpo de Carabineros y el Ejército, para derrocar al presidente socialista Salvador Allende y al gobierno de la Unidad Popular. Tropas del ejército y aviones de la Fuerza Aérea atacaron el Palacio de La Moneda, la sede de gobierno. Allende se suicidó mientras las tropas militares ingresaban al Palacio.

Este golpe dio origen al establecimiento de una junta militar liderada por Augusto Pinochet. Chile, que hasta ese entonces se mantenía como una de las democracias más estables en América Latina, entró en una dictadura militar que se extendió hasta 1990. Durante este periodo, se cometieron sistemáticas violaciones a los derechos humanos,​ se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos políticos y se disolvió el Congreso Nacional.

Salvador Allende asumió en 1970 la presidencia de Chile, siendo el primer político de orientación marxista en el mundo que accedió al poder a través de elecciones generales en un Estado de Derecho.​ Su gobierno, de marcado carácter reformista, produjo una creciente polarización política en la sociedad y una dura crisis económica que desembocó en una fuerte convulsión social. Esto llevó a una acusación constitucional por parte del Congreso poco antes del golpe. Sin embargo, la posibilidad de ejecutar un golpe de Estado contra el gobierno de Allende existió incluso antes de su elección. El gobierno de Estados Unidos, dirigido por el presidente Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger, influyeron decisivamente en grupos opositores a Allende, financiando y apoyando activamente la realización de un golpe de Estado. Dentro de estas acciones se encuentran el asesinato del general René Schneider y el Tanquetazo, una sublevación militar el 29 de junio de 1973.

Tras el Tanquetazo, grupos dentro de la Armada de Chile planearon derrocar al gobierno,​ al que posteriormente se sumaron los altos mandos de la Fuerza Aérea y grupos dentro de Carabineros. Días antes de la fecha planificada para la acción militar, se sumó Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ejército. En la mañana del 11 de septiembre de 1973, las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Orden lograron rápidamente controlar gran parte del país exigiendo la renuncia inmediata de Salvador Allende, quien se refugió en la sede de gobierno.

Liderado por el Vicealmirante de la Armada, José Toribio Merino, y el comandante de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh, el golpe fue planificado para el 11 de septiembre, debido a que ese día el ejército se encontraba concentrado en Santiago por la celebración de las Glorias del Ejército. El 8 de septiembre, el general Arellano Stark solicitó el apoyo del general Pinochet, pero éste no dio una respuesta definitiva. Al día siguiente, Salvador Allende informó al Comandante en Jefe y otros generales del Ejército que había decidido convocar a un plebiscito, con el fin de dar una salida a la grave crisis política. Ese mismo día, los cabecillas del golpe contaron con el apoyo de Pinochet.

Los acontecimientos comenzaron a desarrollarse temprano. Informado de la sublevación de la Armada, Allende se dirigió raudamente al Palacio de La Moneda a las 7:30 horas, el que estaba custodiado por tanquetas de carabineros. Luego de conocido el primer comunicado de la Junta Militar, poco a poco se fueron retirando. Cuarenta y cinco minutos más tarde, se iniciaba el ataque al palacio de gobierno por tierra.

Cerca de las once de la mañana, el Presidente Salvador Allende dirigió su último mensaje al país, a través de una cadena de radioemisoras simpatizantes del gobierno. En éste señalaba su decisión de no abandonar la casa de gobierno. Agregaba que se mantendría firme en su postura de "seguir defendiendo a Chile".

Al mediodía se inició el bombardeo sobre La Moneda, el que se prolongó durante 15 minutos. Aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea de Chile, luego de sobrevolar su objetivo, atacaron la sede del gobierno con cohetes "rockets" que destruyeron dependencias y provocaron el incendio del edificio. Pocos minutos después caía La Moneda y el Presidente Salvador Allende era encontrado muerto en el salón principal junto al arma con la cual se suicidó. Al día siguiente, toda la prensa del país mostraba en primera plana el Palacio de La Moneda destruido y humeante. Con tres siglos de historia y habiendo albergado a veintitrés presidentes de la República de Chile, éste nunca antes había sido destruido.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La crisis en el PRI

El recuento de los daños

4T: Gobierno y partido