Economía verde, una alternativa para la sostenibilidad y la igualdad

Una economía verde inclusiva es aquella que mejora el bienestar humano y genera equidad social al tiempo que reduce los riesgos y la escasez ambientales.

Una economía verde inclusiva es una alternativa al modelo económico dominante actual, que exacerba las desigualdades, fomenta el desperdicio, provoca escasez de recursos y genera amenazas generalizadas al medio ambiente y la salud humana.

Durante la última década, el concepto de economía verde se ha convertido en una prioridad estratégica para muchos gobiernos. Al transformar sus economías en impulsoras de la sostenibilidad, estos países estarán preparados para afrontar los principales desafíos del siglo XXI, desde la urbanización y la escasez de recursos hasta el cambio climático y la volatilidad económica.

En 2008, ONU Medio Ambiente lanzó la Iniciativa de Economía Verde (GEI), un programa de investigación global y asistencia a nivel nacional diseñado para motivar a los formuladores de políticas a apoyar las inversiones ambientales. En la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2015, ONU Medio Ambiente publicó “Descubriendo caminos hacia una economía verde inclusiva”. El documento enfatiza conceptos como compartir, circularidad, colaboración, solidaridad, resiliencia, oportunidad e interdependencia.

Las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzaron la Iniciativa de Economía Verde (GEI) en 2008, que consistía en investigación global y asistencia a nivel nacional para alentar a los formuladores de políticas a apoyar las inversiones ambientales en el contexto del desarrollo sostenible. Gracias a esta iniciativa y al trabajo de otras agencias, la “economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza” se incluyó en la agenda de Río+20 de 2012 y fue reconocida como una herramienta para lograr el desarrollo sostenible.

ONU Medio Ambiente ha desarrollado una definición práctica de economía verde como aquella que resulta en un mayor bienestar humano y equidad social, al tiempo que reduce significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica.

Durante la última década, el concepto de Economía Verde se ha convertido en una prioridad estratégica para muchos gobiernos y organizaciones intergubernamentales. En total, 65 países se han embarcado en el camino hacia una Economía Verde Inclusiva y estrategias relacionadas. Al transformar sus economías en motores de la sostenibilidad, estarán preparados para afrontar los principales desafíos del siglo XXI, desde la urbanización y la escasez de recursos hasta el cambio climático y la volatilidad económica.

Del GEI a una economía verde inclusiva

Una Economía Verde Inclusiva (EIG) ha evolucionado a partir de trabajos anteriores sobre Economía Verde. En su expresión más simple, una economía de este tipo es baja en carbono, eficiente y limpia en producción, pero también inclusiva en consumo y resultados, basada en el intercambio, la circularidad, la colaboración, la solidaridad, la resiliencia, las oportunidades y la interdependencia. Se centra en ampliar las opciones y opciones para las economías nacionales, utilizando políticas fiscales y de protección social específicas y apropiadas, y respaldado por instituciones sólidas que están específicamente orientadas a salvaguardar los pisos sociales y ecológicos. Y reconoce que existen muchos y diversos caminos hacia la sostenibilidad ambiental.

Nuestro enfoque habla de los múltiples beneficios (económicos, de salud, de seguridad, sociales y ambientales) que dicho enfoque puede aportar a las naciones, conscientes de los diferentes desafíos que enfrentan los Estados a lo largo del proceso de desarrollo, ya sean desarrollados, en desarrollo, emergentes o en desarrollo. conflicto. Aboga por políticas matizadas, dependientes del contexto y moduladas. Un enfoque integrado puede ayudar a los estados a comprender cómo maximizar, priorizar y secuenciar los diferentes beneficios para el bienestar humano que pueden derivarse de un medio ambiente saludable. Al fin y al cabo, una economía verde inclusiva debe proporcionar no sólo empleos e ingresos, sino también nuestra salud, nuestro medio ambiente y nuestro futuro. Éste es nuestro desafío común: crear las condiciones para una mayor prosperidad y una creciente equidad social, dentro de los contornos de un planeta finito y frágil.

Avanzando

Una Economía Verde Inclusiva es una alternativa al modelo económico dominante hoy en día, que genera riesgos generalizados para el medio ambiente y la salud, fomenta el consumo y la producción despilfarradores, impulsa la escasez ecológica y de recursos y genera desigualdad. Es una oportunidad para promover tanto la sostenibilidad como la equidad social como funciones de un sistema financiero estable y próspero dentro de los contornos de un planeta finito y frágil.

Es un camino hacia el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, erradicando la pobreza y salvaguardando al mismo tiempo los umbrales ecológicos que sustentan la salud, el bienestar y el desarrollo humanos.


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